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Con el agua al cuello llegué a finales de Febrero y con el agua al cuello empecé Marzo aunque por motivos bien diferentes; he empezado a ir a la piscina.

¿Sobrepeso?
La posibilidad de ir a la piscina fue el detonante a la hora de decantarme por este gimnasio. Si me conocéis un poco no os extrañará que no la haya estrenado hasta esta semana. Desde que me volví a apuntar al gimnasio, allá por el mes de Diciembre, no me había atrevido a dar el paso. Los dolores de espalda y la imposibilidad de hacer otro deporte me han obligado a ello… bueno, eso y la recepción de una carta…
El 24 de febrero (San Sergio curiosamente), recibí una carta con mi nombre escrito a mano. Me dispuse a abrirla con una sonrisa en la cara mientras me preguntaba quién sabía mi dirección.  Ingenuo de mí, se me cambió el gesto al empezar a leerla…“Estimado Sereio” (empezamos bien) “hemos intentado contactar contigo por teléfono pero nos ha sido imposible. Tras los resultados del chequeo médico al que fue sometido el pasado mes de Diciembre y, tal y como le comentamos en su día, nos gustaría invitarle a participar en el programa anual gratuito de pérdida de peso de Tower Hamlets…” junto a la carta venía un panfleto informativo del programa… sí… me estaban llamando obeso. No es que no me sobren unos kilos, pero siempre jode que te lo digan, o leerlo jaja. El caso es que en vez de apuntarme al programa (aunque no lo descarte) y tras nuevos intentos fallidos de hacer cardio en el gym por los dolores de espalda, me lancé a la piscina.
“Vaya mariconada” y “qué aburrimiento”  eran las únicas frases que se me ocurrían camino de la piscina. Menudo pringao. Entré en el vestuario y me encontré con tíos mucho más petaos que los que había en el gimnasio. Uno llevaba un gorro con la bandera de EEUU y tenía una espalda que bien se podría utilizar como escudo antimisiles… Me puse el bañador y me metí en el agua para empezar a nadar. La piscina tiene una longitud de 33 metros, pues a los 50 metros, es decir, al largo y medio, me dio un tirón en la pierna… no me lo podía creer… me dio un ataque de risa que me llevó a tragarme unos 20 litros de agua hasta que llegué al bordillo… entre eso y que el americano se metió en la piscina creo que la vaciamos. Menos mal que nadie se tiró porque habríamos provocado lo mismo que al del siguiente video.
                                          Consecuencias de saltar a una piscina helada…
Tras esa experiencia he aprendido a calentar antes de empezar a nadar como se hace en cualquier deporte. El problema, supongo, es que nunca he considerado la piscina un deporte. Para mí la piscina es el sitio donde se juega al Tiburón cuando eres pequeño, donde se le tira el tamagochi de malo de la pandilla, donde te peleas por el chorro de agua más fuerte o donde te cronometras para ver cuánto aguantas debajo del agua sin llegar a morir. La regla para salir la sabemos todos, cuando los dedos estén arrugados tirando a arrugadísimos.
Pues no, la piscina resulta ser el deporte más completo, el deporte que quema más calorías, el deporte que trabaja todos los músculos del cuerpo y más beneficioso para la espalda. No os voy a engañar, me parece aburrido, pero tampoco es que el gimnasio me parezca la alegría de la huerta…  Una de las ventajas es que te ahorras ver cómo los tíos se miran y se hacen fotos frente al espejo… además te da la oportunidad de reflexionar entre largo y largo. A medida que la voy conociendo mejor me he ido dando cuenta de que la piscina es como la vida misma; está llena de agua como el 71% de la superficie terrestre o como el 65% de nuestro cuerpo, tiene una serie de carriles que te marcan el camino pero que te puedes saltar fácilmente, tienes que luchar para no hundirte y en ambas si tocas fondo, estás jodido.
Mi futura espalda
Aún me queda bastante por aprender, es otro mundo. Hoy me he fijado en que a falta de unos diez metros hay como unas banderitas para que el nadador sepa que está a punto de llegar al bordillo (ya podía haberme dado cuenta antes que todavía me duele el cuello de estar mirando para atrás cada dos por tres y la cabeza de la ostia que me he dado hoy con el bordillo en uno de esos empanamientos de creer que estoy cruzando el Atlántico rumbo a América). Otra cosa interesante son las líneas rectas del fondo de la piscina, gracias a ellas he dejado de ir haciendo eses.  La falta de costumbre y mi estado de forma me llevan a tomarme mis descansos cada 2-4 largos. En ellos tengo que recuperar el aire y hasta echarme agua por los hombros del calor que hace. Me pregunto qué porcentaje de agua de la piscina será sudor de la gente… He llegado a tener momentos como el de Eric Moussambani y de verdad que no exagero… ¡nadar cansa!
                                                   Eric Moussambani: JJOO Sydney 2000
Tras el baño en la piscina es el momento de ir a los vestuarios y darse una ducha. No todos lo hacen, pero yo lo considero lo más lógico para quitarte el olor a cloro y demás. Como toda rutina, he puesto mis cosas en el banquito, he colgado mi chaquetón en la percha, me he quitado el bañador y me he metido en la ducha. Al salir y secarme, el tío que estaba al lado no paraba de mirarme… él también estaba desnudo… ¡estaba incumpliendo la norma no escrita entre tíos de no mirarse el cipote! Terminó de arreglarse antes que yo y seguía mirando, parecía que esperaba algo de mí, me miraba con deseo… empezó a darme miedo así que yo empecé a ralentizarme para ganar tiempo y que se fuera… por si acaso me enrollé en mi toalla para evitar mordeduras genitales y empecé a pensar en posibles ataques mortales de defensa; el látigo o el “be water my friend” estaban a punto de salir… entonces se acercó, y se agachó mientras abría la boca “¡será descarado, este tío quiere mambo lo tiene claro!” Mientras miro como se agacha para conectar el golpe mortal veo como recoge sus zapatos que estaban justo debajo de mí mientras pronuncia un “excuse me”entonces pronunció las palabras que evitarían su muerte “excuse me”…uffff….del “be water my friend” pasé a un “sorry my friend”…
                                                                “Be water my friend.”