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Cumplir tus sueños

Cumplir tus sueños

Qué aburrida sería la vida si a todos nos gustaran las mismas cosas, quisiéramos el mismo trabajo, casa, coche o tuviéramos los mismos sueños…

Pese a ser consciente de que todos somos diferentes y de que buscamos distintas cosas, parece que todos necesitamos dos elementos para cumplir nuestros sueños.

El primero, es la aprobación de los demás, el guiño y la sonrisa cómplices. Sin ellos, y sin tener la personalidad suficiente, pueden surgir las dudas, y con ellas el miedo

No os voy a mentir, yo siempre he necesitado ese apoyo de mi familia, pero he tenido la suerte de contar siempre con él.

Con el paso de los años, los sueños van cambiando, y a veces, la forma en la que los enfocamos.

De pequeño soñaba con ser futbolista. ¿Mi plan a 5 años? El de cualquier niño de mi edad… apuntarme a un equipo, jugar, mejorar y divertirme. Mis padres me llevaron a cada entrenamiento, a cada partido… hasta me apuntaron un verano a la escuela de fútbol del Sporting de Gijón. Conseguí ganar campeonatos de fútbol sala a nivel local, provincial, autonómico… Jugamos el campeonato de España donde quedamos terceros. Entrené con la selección de Andalucía… hasta que decidí dejarlo. ¿Por qué? Creo que fue falta de fé, falta de tiempo al coincidir entrenamientos con la Universidad, y posiblemente falta de calidad (aunque me considero mejor que Arbeloa por ejemplo jaja).

Mi siguiente sueño, y puesto que no pude ser futbolista, fue trabajar en el mundo del marketing en el deporte, bueno… concretamente en el Atleti. ¿Mi plan a 5 años? Aprender inglés, aprender marketing, aprender gestión de entidades deportivas y coger 2-3 años de experiencia hasta intentar dar el salto. Mis padres una vez más me apoyaron y me dijeron que era capaz de todo. Así que tras mi primer máster, me fui a Irlanda, me apunté a la Universidad a distancia donde estudié marketing, y en mi vuelta a España hice el máster de la RFEF de Gestión de Entidades Deportivas. Mientras, trabajé en la Federación Andaluza de Atletismo (donde cobraba 5 céntimos por dorsal impreso) para posteriormente coger experiencia en departamentos de marketing de una start up. Tras 5 años desistí. ¿Por qué? Creo que fue de nuevo la falta de fé, cuanto más avanzaba más grande me parecía ese sueño y más me alejaba.

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Mis últimos sueños fueron: a nivel profesional, y tras empezar a llevar (malamente) alguna campaña de AdWords, trabajar en Google. Y a nivel personal, estar con la que pensaba podía convertirse en la mujer de mi vida. ¿Mi plan a 5 años? Mudarme a Inglaterra, dominar el inglés, aprender todo lo que pudiera de Google AdWords, y coger experiencia en alguna agencia hasta intentar dar el salto cuando volviera a España. Mis padres una vez más confiaron en mí. Así que dejé todo y me fui a vivir con Bea, estudié inglés durante un año, me saqué los exámenes de Google, trabajé de gratis en el departamento de Marketing del instituto de Colchester, nos mudamos a Londres donde encontré trabajó en Periscopix (la que considero la mejor agencia de marketing digital de Londres) y de ahí, pude dar el salto a Google. Tres meses más tarde, Bea y yo nos casamos. Lo había conseguido. Estaba en Google y casado con la mujer con la que quería estar. ¿Por qué? Creo que fue la fé ciega en lo que estábamos haciendo, eso y el no centrarnos en un objetivo concreto, sino en el camino que recorríamos.

¿Sueñas-

Releo posts antiguos y revivo todo por lo que hemos pasado para conseguir esos sueños… La mayoría no sabe que yo me habría ido antes al extranjero, pero al ser el único miembro de mi familia que tenía trabajo por aquel entonces, el sentimiento de responsabilidad me lo impedía. Tampoco saben que encontré el trabajo en Periscopix cuando me quedaban £170 en el banco. Que tuve que ir al médico en varias ocasiones por subidas de tensión o que alguna mañana que otra lloré de estrés camino del trabajo. A veces, no todo es tan fácil como parece. De la misma manera, y pese a conseguir nuestros sueños, es difícil explicar lo que se siente al llevar tantos años fuera de tu país, al perderte tantos eventos especiales, al estar alejados de los tuyos…

Cuando analizo esos tres ciclos de 5 años, recuerdo cómo en cada uno de ellos siempre había gente que veía mis sueños como imposibles, inalcanzables. Lo hacen sin maldad, de hecho intentan “protegerte”. Había gente que me decía que estaba huyendo de algo. Otros que decían que se me estaba yendo la olla “tal y como están las cosas en España, tú con trabajo fijo, y te vas a ir a la aventura… estás loco!”. Reconozco haber sentido ese miedo, esa inseguridad.

 

The only thing we have to fear is fear itself

 

Franklin D. Roosevelt

Si hay algo que he aprendido es que cada uno tiene que intentar vivir la vida que quiere vivir. Que lo que hace feliz a los demás no tiene por qué hacerme feliz a mi, o igual sí, pero no tenemos porqué coincidir en el tiempo. Que todos de alguna manera u otra juzgamos a los demás y que hay que tener suficiente personalidad y estar seguro de uno mismo para no dejar que eso nos afecte o influya en nuestros planes. Ni siquiera nuestros padres.

Hace un par de años, cuando fuimos dos semanas de vacaciones a Tailandia, nos encontramos con una pareja que también vivía en Londres y que habían decidido darse un año sabático para viajar. Lo primero que les dije al conocer su historia fue “qué envidia!” y la chavala me respondió algo que nunca se me olvidará “envidia por qué, si realmente quieres, tu también podrías”.

Por un momento, me paré a pensar en miles de excusas para responderle, “qué sabrá de mi vida como para decirme eso”. Ella aprovechó ese silencio para decirme: “La vida al final son decisiones. Nosotros decidimos ahorrar durante dos años para cumplir nuestro sueño. Podríamos habernos comprado una casa, salir más de marcha, cenar más fuera, hacer pequeños viajes… O podríamos haber cogido el ascenso en el trabajo, crecer a nivel profesional y seguir ahorrando…Podríamos haber vuelto a España y empezar de cero con ese colchón…” No hacía falta que siguiera, me había convencido.

Tenía razón. Sólo le faltó añadir la segunda cosa que comentaba en los primeros párrafos de este post que hacía falta tener para cumplir con nuestros sueños, salud. La tuya y la de los tuyos. Si tienes salud y personalidad deberías tener todo lo que necesitas para cumplir tus sueños. Bueno, eso y un plan…

En una clase que tuve con una management coach, le hice una pregunta “Imagínate que supieras que algo es 100% imposible de conseguir, algo demostrado científicamente. Sin embargo tu equipo no está de acuerdo y quiere intentarlo. ¿Les dejarías pese a la posible “pérdida de tiempo”? Su respuesta fue rotunda “Por supuesto. Por dos motivos. El primero, que si no lo intentaran les privarías de aprender miles de cosas por el camino. El segundo, porque si no se hubieran intentando cosas “imposibles” en el pasado hoy en día no existirían los aviones, no se habría llegado a la luna ni existiría la cura de ciertas enfermedades…”.

 

No dejes que pequeñas mentes te convenzan de que tus sueños son muy grandes

Si hay algo que tengo claro es que cuanto más grande sean los sueños que tenga, más entretenido voy a estar el resto de mi vida. Es por ello por lo que sueño con ser el mejor padre, marido e hijo del mundo. Sueño con tener un trabajo que me permita tener un estilo de vida diferente al que hay implantado en la sociedad. Sueño con ayudar a mucha gente con algo que yo sepa y ellos no. Sueño con cambiar algo del mundo que no me guste. Sueño con viajar. Sueño con que cuando llegue al final de mi vida, pueda mirar para atrás y poder decirme a mí mismo “Parecían sueños imposibles pero igual es verdad eso de – Kien no arriesga, no gana. Buenas noches soñadores”.

La gente que está lo suficientemente loca como para pensar que pueden cambiar el mundo, son los que lo cambian

Steve Jobs

¿Estoy soñando? Empiezo en Google

¿Estoy soñando? Empiezo en Google

Y fue entonces cuando me enfundé los zapatos, me agaché para atármelos despacio, como queriendo ganar tiempo, pero con fuerza, como si estuviera seguro de mi mismo, cuando me di cuenta de que empezaba un nuevo camino, una nueva etapa. Es entonces cuando desperté: cinco años después, llegó el momento de ir a trabajar para Google.

Todo sucedió muy rápido. Tras varios meses pensando cual sería la mejor manera y el mejor momento de volver a España, le pregunté a mi jefa las opciones con Periscopix: Barcelona o trabajar desde casa. Ni mucho menos malas opciones, pero es sólo cuando te enfrentas a la realidad cuando te das cuenta de lo que realmente quieres. Barcelona está lejos de mi gente, motivo principal por el que quiero volver, entre eso y Londres, me quedo con Londres. Trabajar desde casa no es algo que me vaya a llenar a largo plazo, y Málaga no va dar a Bea las oportunidades laborales que merece, salvo que las creemos nosotros. Tiene que ser Madrid. Así fue cuando me di cuenta de que Periscopix no era, a día de hoy, la mejor manera para volver a mi país.

Dejar Periscopix no fue nada fácil. Me han dado todo durante tres años y medio: una oportunidad en un mercado en el que no tenía experiencia, formación, gente a la que considero ahora amigos y muchos buenos momentos. Periscopix me ha cambiado la percepción de lo que es un negocio, o de lo que debería ser. Un sitio con directores que se preocupan por su gente, gente inteligente sin una pizca de arrogancia que comparte su conocimiento con una sonrisa en la cara, un ambiente donde se valora el trabajo bien hecho, donde se crece internamente y donde se permiten el lujo de echar a clientes que no tratan bien al personal de la agencia. Un sitio donde te permiten disfrutar del trabajo y de tu vida personal. Siempre les estaré agradecidos.

well miss you

I will miss you too!

Cuando le dije a mi jefa la situación personal en la que me encontraba y lo que pasaba por mi cabeza, me sugirió que hablara con nuestro contacto en Google para ver si había algún puesto en Madrid, y eso hice. Una pena que no lo hubiera hecho dos meses antes: para cuando pregunté, el puesto que había para Madrid por el que podría haber optado, ya estaba cubierto. Había sin embargo, otro puesto en Londres,  que estaba disponible, y por el que finalmente, y tras mucho pensar, decidí coger. La salida fue dura a nivel personal, por todo lo que supone dejar algo que quieres, pero la adecuada a nivel profesional sabiendo cuales son mis objetivos. Es como cuando lo dejas con tu pareja, a la que quieres, pero que sabes no te puede dar lo que necesitas para ser 100% feliz a largo plazo, es siempre más fácil dejarlo cuando te hacen una putada…

Muchos de vosotros sabéis, que Google fue el objetivo que me marqué hace 5 años, cuando salí de Madrid rumbo a Reino Unido, por aquel entonces sólo había llevado una campaña de AdWords para CofreVIP. No demasiado realista, pensaba, pero oye ¿por qué no?, me autorespondía. Think big. Recuerdo hablar con un amigo que por aquel entonces trabajaba en Google, y preguntarle, entre cervezas ¿qué tengo que hacer para trabajar ahí? “Aprende inglés, consigue dos años de experiencia en una agencia, sé bueno en lo tuyo y prueba suerte”. Pfff, no la respuesta que quería escuchar, muchos años de por medio para algo que quería a mucho más corto plazo. Tenía más ejemplos de gente, como Javi Aranda, que se fue a Reino Unido sin hablar una papa de inglés y acabó en Yahoo! , ¿por qué el sí y yo no?, esa competencia sana es a veces el empujoncito que necesitas para retarte a ti mismo.

think big

Think Big

Como todo en la vida, los objetivos van cambiando por el camino, y cuando descubrí Periscopix se me quitaron las ganas de probar en Google, ¿Para qué, si era feliz ahí? Pero bueno, llevamos ya 5 años en Reino Unido y la verdad es que empezamos a echar España demasiado de menos. Cosa que seguramente cambie en cuanto volvamos, porque siempre que me he cambiado de país me ha pasado lo mismo. Pero bueno, esta vez hay otros planes personales, y una persona especial a mi lado. Google puede ser la vía para volver, o abrir nuevas puertas.

Celebrando las buenas nuevas

Celebrando las buenas nuevas

El contrato con Google es de 8 meses, después de los cuales me quedo a priori sin trabajo. Estoy trabajando con equipos de toda Europa: Francia, Italia, Alemania, Bélgica, Holanda, Austria, Suiza… y lo más importante, España. Uno de los proyectos consiste en trabajar con el equipo de Madrid de cerca, con el que espero congeniar y si hay alguna oportunidad en 8 meses, estar ahí… Ya no sólo hablo de Google, sino de agencias que trabajan con Google. No hay promesas, puede que no sea ni muy realista a día de hoy, pero hay esperanzas: suficiente para mi como para arriesgar…

Escribo este post, para obligarme a pensar cómo me siento. Tras dos semanas en Google puedo decir que me siento orgulloso, contento e ilusionado. Pero al mismo tiempo estoy descolocado, triste y nervioso. Orgulloso de haber conseguido objetivos que en su día no consideraba del todo realistas, contento por la oportunidad de demostrar de lo que soy capaz en lo que considero la empresa más importante dentro del marketing digital e ilusionado, por lo que esto puede suponer en unos meses. Por otro lado, estoy descolocado por la cantidad de cosas que todavía tengo que aprender y los retos fuera de mi zona de confort a los que me estoy enfrentando, triste por dejar algo que me hizo feliz durante mucho tiempo y nervioso por no saber lo que va a pasar dentro de 8 meses. Pero por encima de todo, me siento otra vez vivo: el no saber qué va a pasar en unos meses me pone bastante!

Si hay algo que he aprendido en este tiempo es que hay que disfrutar del día a día, sin dejar de mirar al horizonte de vez en cuando. Con el tiempo, se unirán los puntos del pasado y todo tendrá sentido. Google es otro mundo, y aunque por contrato no puedo decir mucho de lo que hay dentro, sólo diré que ha superado mis expectativas. Los desayunos y comidas gratis como si fueran buffets de hoteles o poder entrenar en el gimnasio de forma gratuita con vistas al London Eye son sólo algunos ejemplos. En dos semanas he aprendido más de lo que habría aprendido en un máster.

desayuno

Cogiendo calorías por la mañana…

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Quemándolas por la tarde…

Ahora toca la vuelta a la realidad, la noche de domingo. Mañana será otro día en el que  me enfundaré los zapatos, me agacharé para atármelos despacio, como queriendo ganar tiempo, pero con fuerza, como si estuviera seguro de mi mismo. Será un nuevo día donde tendré que recordarme a mí mismo que voy a trabajar para Google. Un sueño hecho realidad. Espero poder disfrutarlo.

¿Qué es ganar?

¿Qué es ganar?

Antes de seguir leyendo, para un segundo e intenta responder a la pregunta: ¿Qué es ganar?

¿Ya? No, en serio. Hazlo. ¿Ya? Ok…

El otro día leí una historia en un artículo de marketing que me llamó mucho la atención y que quería compartir con vosotros:

“Un anciano, un niño y un burro caminaban hacia el pueblo. El niño iba en lo alto del burro y el anciano caminaba. Por el camino se cruzaron con gente que destacó lo mal que le parecía que el anciano fuera andando y el niño en lo alto del burro. El anciano y el niño pensaron que igual las críticas eran acertadas, así que cambiaron las posiciones.

 Más tarde, pasaron por delante de gente que gritó “¡Qué vergüenza, hace que el niño camine!”. Así que cambiaron de nuevo y decidieron andar los dos.

 Pronto, se cruzaron con gente que pensó que eran tontos por andar teniendo un burro que podría llevarlos, así que los dos decidieron montarse en el burro.

 Fue entonces cuando, al seguir caminando, se cruzaron con gente que los criticaron por poner tanto peso sobre el pobre burro. El anciano y el niño pensaron que igual tenían razón así que decidieron echarse a los hombros al pobre burro. Cruzaron el río, perdieron el equilibrio y el burro cayó y murió ahogado.

 ¿La moraleja? En marketing, si intentas agradar a todo el mundo, date por perdido.”

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 La historia me parece genial, pero no creo que se deba aplicar sólo al marketing, sino a la vida en general. A veces nos olvidamos de vivir nuestra propia vida, de hacer las cosas que soñamos con hacer, de arriesgarnos. Y es que, en mi opinión, nos han bombardeado desde pequeños con la idea de triunfar, de que nos vaya bien en la vida, de ganar. Qué curioso, hasta yo llamé al blog “Kien no arriesga no gana”, sin embargo, me faltó cubrir un detalle: ¿Qué es ganar?

Llevo unos meses trabajando en un proyecto que tuve que presentar hace unas semanas en Amsterdam, al responsable de negocios de Google en Europa. Están buscando agencias a nivel europeo con las que llegar a un acuerdo que consistiría en darnos a clientes de Europa, Oriente Medio y Africa, que quieren trabajar con Google pero que, por falta de recursos, Google no puede atender directamente. Si alguien me hubiera dicho que estaría haciendo esto hace 4 años, me habría descojonado en su cara. El viernes pasado, nos confirmaron que, a falta de un voto (crucemos los dedos), hemos conseguido el acuerdo. Esto puede suponer empezar a trabajar con clientes de España, y con la reciente adquisición de una agencia con base en Barcelona, a una posible vuelta no muy lejana. Cómo os podéis imaginar, estoy muy contento, pero sobre todo, muy orgulloso.

Hace 4 años hice las maletas con unos objetivos personales y profesionales que hace tiempo creo haber conseguido con creces. Por un lado, sigo con la persona que, en poco tiempo, me jurará amor eterno. Por otro lado, he aprendido un idioma y he desarrollado una carrera profesional importante en el mundo del marketing digital. Se me han abierto muchas oportunidades. Se me han quitado muchos miedos y complejos. Me considero una persona totalmente diferente a la que llegó. ¿Es eso ganar? Para unos sí, para otros no.

Hace dos semanas volvía de pasar una semana en España. Más de uno de vosotros me dijo, en privado, que si me pasaba algo. Que me notabais serio. Mi padre fue uno de ellos ¿Lo peor? Que me lo digo a mí mismo, que me lo noto. Si no soy capaz de sonreír o transmitir felicidad ni cuando estoy de vacaciones con los míos ¿cuándo lo voy a hacer? Cuando estaba en España, sólo pensaba en quedarme. Ahora que estoy aquí, en trabajo. En trabajo y en irme. En irme lejos durante un tiempo. ¿Es eso ganar?

No me atrevo a discutir muchos de los planes que se me pasan por la cabeza con la gente. No por nada en particular, pero es que creo que no me va a ayudar mucho, porque, como con la historia del burro, todo el mundo tiene una forma diferente de ver las cosas, y quizá lo que tengo en la cabeza no es lo que la gente que me importa pueda tener en la suya. Igual no quiero que me tachen de loco por el hecho de pensar diferente.

Creo que hay tantas formas de vivir la vida como vidas en la vida. Intento prometerme a mi mismo que viviré la mía con mis valores y mis principios, pero no es fácil… No es fácil porque el miedo al fracaso que la sociedad tiene implantado, el sentido de la responsabilidad puede conmigo. Pero ¿qué es fracaso? Es curioso, pero ahora que lo escribo, ahora que lo pienso, siempre recordaré las broncas de mi madre cuando le confesaba, a última hora, que no me iba a presentar a un examen de la Universidad que yo “sabía” que iba a suspender. Fue mi madre la que me enseñó entonces que, fracasar no era suspender, que fracasar era no intentarlo, no presentarme en ese caso. Hubo una vez en la que el orgullo y el miedo me pudo y no me presenté. Pero hubo otra en la que sus palabras hicieron que me presentara, y curiosamente, sacara Notable.

Rejuveneciendo el alma en el Tivoli

Muchos de vosotros me habéis dicho que soy un valiente por dejar todo lo que tenía en España, por venirme aquí sin nada y luchar por lo que quería. He de confesar que sólo me atreví porque mis padres, mi hermana y Bea me apoyaron. Es curioso la fuerza que me da el hecho de que ellos crean en mi. Eso es una vez más, motivo de orgullo, pero también de respeto, porque igual llega el día en que sus miedos hagan que no apoyen decisiones sólo aptas para valientes, y no sé como reaccionaré entonces. Para mi, mi hermana, que quiere ser dueña de su vida y se ha lanzado a montar su propio negocio, Negro Pimienta (blog de creatividad & diseño, al que pronto se incorporará una tienda online – seguidla!) es una valiente. Luismi, es otro valiente, que ha dejado su trabajo para montar su grupo de música, Tarifa Plana (con un disco y puesto número 8 en Canal Fiesta Radio). Alberto, fundador de Sfuerza (entrenador personal online), María, fundadora de Equinoccio (diseño gráfico y web), Javi & Marijke, creadores de Vivir Para Viajar (filosofía de vida & travel bloggers), Juan, creador de la marca Das Sport (marca deportiva) son gente valiente que persiguen sus sueños.

Después de tanto pensar, creo que ya estoy en posición para resolver la pregunta que planteaba al principio ¿Qué es ganar? Habrá tantas definiciones como personas. Para mi ganar es lo contrario de fracasar. Ganar es presentarse a un examen. Ganar es intentarlo. Ganar es luchar por ser feliz. Quien no arriesga no intenta ser feliz. Lo bonito es que cada uno es feliz a su manera, así que dejemos que cada uno intente lo que quiera intentar. Sin prejuicios. Sin envidias.

Feliz 2035

Feliz 2035

Una vez más cierro el año satisfecho de lo que dejamos atrás e ilusionado de lo que queda por delante. Llevo haciendo balances cada Nochevieja desde que tengo uso de razón, así que este año he decidido hacer un ejercicio diferente; voy a dirigirme a mi yo del futuro, al Sergio de dentro de 20 años, no sólo para recordarle algunas cosas sino también para ver si conseguí cumplir alguna de las cosas que me planteo a día de hoy.

“Querido yo,

Espero que estés bien de salud y que los problemas de espalda te dejen hacer vida normal. Imagino que ya sí que sí estarás calvo 100%, espero que no hayas caído en el tema del injerto de pelo y lo lleves con naturalidad, pero que hayas sabido jugar con tu barba para mantenerte sexy.

Uno de tus objetivos en 2016 era cambiar tu estilo de vida, llevar una dieta equilibrada y mantener el deporte como parte de tu día a día. Que sí, que estás muy liado y eres un currante, pero que el que quiere puede, y si ahora mismo te puedes disfrazar de Papa Noel sin ponerte un cojín bajo la camisa, querrá decir que has fracasado en tu intento. No busques excusas, y recuerda, dicen que nunca es tarde.

¿Has podido celebrar una Champions con el Atleti? No lo pasaste excesivamente bien con la décima del Madrid, pero tampoco te supuso ningún trauma y estabas orgulloso de lo que consiguieron. Te recuerdo, que antes de aquel minuto 93, no estabas tan eufórico como pensabas que estarías tras conseguir la primera, era una bonita sensación, pero tampoco tenías pensado salir de fiesta ni emborracharte así que nada, todo con filosofía. Eso sí, espero que el Cholo siga por ahí dando instrucciones a los chicos, y sino a ver si puedes hacer que vuelva, nos iba muy bien con él.

Me dirijo a ti principalmente para recordarte un par de cosas. Hace 20 años, te preguntabas que sería de tu vida, tenías muchos planes y muchas ideas en la cabeza, pero también muchos miedos. Hace 20 años tenías que volver a separarte de los tuyos camino de Londres, estabas genial a nivel profesional y por fin habías empezado a ahorrar, pero echabas en falta muchas cosas a nivel personal: echabas de menos a familia y amigos. No vivías mal, pero cada vez que bajabas a España te dabas cuenta de que la calidad de vida que hay en el sur, no la encontrarías por el norte. ¿Qué ha sido de ti, estás ya en España? Apuesto a que estás por Madrid aunque tu sueño era acabar en Málaga, ¿me equivoco?

Esos ratos en familia

Esos ratos en familia

Hace 20 años eras consciente de que entrabas en los años en el que el matrimonio o los niños estaban a la vuelta de la esquina. ¿eres padre no? ¿y salió blanco? ¿Has sido tan buen padre como siempre prometiste ser? Desde luego tienes buenos ejemplos a seguir así que nada de excusas… Haz los deberes con ellos, juega al fútbol los fines de semana y aprovecha a aprender a cocinar con los macacos, si es que todavía eres un paquete en ese campo. Si has conseguido que te salgan del Atleti la mitad del trabajo está hecho, son buena gente seguro. La parte de los ligues… esa déjasela a Bea… Y no te enfades si Sandra los está mal criando un poquito, ¡siempre dijo que lo haría y que sería la tía guay!

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Practicando

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Esos ratos con amigos no tienen precio

Bueno, ¿y qué es de ti? A nivel profesional tenías muchas dudas de lo que pasaría con tu futuro. No te veías jubilándote en el extranjero, pero tampoco sabías cual sería el mejor plan para cuando volvieras. Tu sueño siempre fue montar tu propia empresa pero igual tus miedos pudieron contigo. Recuerda que siempre que superaste tus miedos te fue bien, que cuando dejaste todo para irte al extranjero fue una decisión arriesgada de la que hoy te alegras. Recuerda que a veces lo más seguro es ser arriesgado. Recuerda que siempre te has dicho que a la hora de mirar para atrás, prefieres haber intentado las cosas aunque no salgan como esperas, a vivir con el arrepentimiento de no haberlo intentado. Recuerda que no eres un cobarde y que siempre te quedará volver a lo que hacías antes, con lo que también estás contento.

Oye, y ¿como han ido los viajes? ¿Has vuelto a la zona de Tailandia como querías? Hace 20 años eras consciente de que no tendrías muchas oportunidades para viajar todo lo que te gustaría, que si hay algo que te falta, es tiempo. Y no creo que ahora con los peques tengas más precisamente. En serio, es el mejor regalo que te puedes hacer. Regálate algo de tiempo si es que no lo has hecho ya para descubrir países nuevos y para disfrutar de lo desconocido, de nuevas culturas, para inspirarte en playas vírgenes, para en el futuro poder cerrar los ojos y sonreir de todo lo que has vivido, esas serán las historietas de las que hablarás con Bea en la mesa camilla con el brasero antes de ver Salvados, ¿Por qué… lo seguirán echando no? Que grande era Jordi Évole.

En fin, que sea lo que sea lo que te depare el futuro, no pierdas la ilusión por la vida y por tus sueños. Que aunque te tachen de loco, hagas lo que realmente te sale de dentro, que vida solo hay una, y cada uno la vive como quiere. Sigue arriesgando, sigue viajando, sigue sonriendo. Y recuerda siempre que, quien no arriesga, no gana.

¡Feliz 2016, 2017….2035!

PD: Dile a Bea que la quieres, y cuídala todos los días. Es lo que te mantiene vivo.

Fdo. Sergio Lopez Martinez (31 años)

 

Inglaterra: Año 2

Inglaterra: Año 2

Hace ya dos años que me vine a Inglaterra, así de primeras parece un mundo, analizando parece que fue ayer. He pasado ya aquí más tiempo del que estuve en Irlanda y estoy cerca de igualar el que estuve en Madrid, da miedo ver lo rápido que pasan los años.

Cada aniversario me gusta hacer balance de todo lo que me ha ocurrido. La vorágine del día a día no te permite analizar lo mucho que cambian las cosas, los logros que vas consiguiendo, los miedos que vas superando, los fallos que vas cometiendo… He necesitado releer el post de mi primer aniversario, y ya de paso unos cuantos más para refrescarme la memoria. Aunque me considero la misma persona que antes, mi vida ha dado un giro de 180 grados, he evolucionado.

Me gusta analizar como me gustaría verme en un año, me ayuda a plantearme objetivos, a dibujar una ruta. La idea era clara; encontrar un trabajo relacionado con Google que me permitiera sentirme realizado, pero reconozco que ni en el mejor de mis sueños podía imaginar haber conseguido todo lo conseguido este último año, a nivel personal y a nivel profesional. Hace exactamente un año estaba buscando piso en Londres con prácticamente una mano delante y otra detrás. El paro se había acabado y necesité solicitar la ayuda de 70 libras semanales para seguir adelante sin ayudas familiares. Londres no me gustaba como ciudad para vivir, todo era estrés e incertidumbre. El miedo al fracaso, a caer al vacío, se palpaba.

                                                         Dibujando mi ruta

A nivel personal hemos encontramos una habitación “vacía” que hicimos nuestra. Hemos compartido piso durante otro año con gente inglesa que nos ha permitido seguir mejorando el idioma. Hemos creado una atmósfera que ha transformado compañeros de piso en amigos (hecho que tiene más valor todavía en una ciudad como Londres). Hemos podido seguir conociendo mundo con pequeñas escapadas por Europa. Me sigo sintiendo cerca de los nuestros gracias a las llamadas diarias por Skype y a nuestras bajadas a Málaga. Hemos presenciado como Laura se unía a nuestra aventura, como Alberto & María se casaban, como Sergio Jr crece por días o como Fali & Maca esperan también agrandar la familia. Hemos recibido visitas de amigos y familiares que nos han llenado de energía; da gusto ver como a los tuyos les van bien las cosas. Los que me conocéis sabéis que nunca me ha gustado presumir de relación pero es justo decir que me siento súper afortunado de estar con quien estoy, de tener la estabilidad que tenemos y de que el día a día no sea más que una demostración de que ya no hay vuelta atrás: ¡me ha comprado y no se aceptan devoluciones!

Un único destino!

A nivel profesional, me he sacado todos los exámenes de Google AdWords y de DoubleClick. He encontrado un pedazo de trabajo en Periscopix, la agencia independiente más grande de UK, que me ha dado la oportunidad no sólo de cambiar mi rama profesional (cosa que veía complicado ya a mis 28 años) si no de tener una proyección en un nuevo departamento que me ilusiona. Yo fui el trabajador número 44, a día de hoy ya somos 70, y en 18 meses estaremos en una oficina 6 veces más grande que la que tenemos ahora… Si hace un año me hubieran dicho que asistiría a cursos mensuales en las oficinas de Google o que tendría que llevar las campañas de clientes como Wall Street Journal o JP Morgan está claro que me habría dado un ataque de risa. Es cierto que todo queda muy bonito por aquí, los agobios y malos ratos ya los he compartido con vosotros en otros posts y los intento llevar por dentro, aunque se suelen exteriorizar en forma de orzuelos, tortícolis, lumbagos, visitas al baño los domingos por la noche o subidas de tensión. Lo cierto es que el trabajo me ha permitido tener esa estabilidad económica de la que carecía, esa satisfacción personal que añoraba y me ha permitido empezar a recuperar esos ahorros que había invertido en formación durante el año pasado.

En las oficinas de Google 🙂

Mentiría si no dijera que echo de menos todo lo que tengo en España, o que no me he planteado volver en algún momento de bajón (especialmente cada vez que os veo). Es curioso comprobar como la misma gente que me tachaba de loco cuando dejé todo por venirme aquí me tacha de loco ahora si planteo la vuelta. Vine aquí con la ilusión de conseguir muchas de las cosas que ya he conseguido, pero sigo pensando que todavía quedan otras muchas por conseguir. El miedo que tengo es que no sé si llegará el día en el que piense que “es el momento de volver”,  o lo que es peor, encontrar ese momento pero comprobar que el mercado laboral no nos lo permite. Quiero pensar que todos estos sacrificios tendrán su recompensa en un futuro, pero sólo el futuro lo sabrá. En unos años, volveré a meterme en el blog para ver mis balances de años anteriores, espero poder comprobar entonces lo mismo que he comprobado hoy, que todas las incógnitas se han resuelto y que todos los sueños y proyectos se han cumplido.

Segundo año en Inglaterra, esta vez en Londres!

Para terminar el balance, me he me dado cuenta de una última cosa este año. Soy consciente de que vivo preocupado por cosas que finalmente nunca suceden, que podría evitarme muchos sufrimientos. Intento mirar más allá de lo que debería. He de aprender la lección de vivir el día a día y disfrutar de las cosas sin preocuparme tanto del “qué pasará”. Es cuando la vida nos da sustos y avisos cuando lo veo claro, lamentablemente todo vuelve a nublarse con el paso del tiempo, de nuevo sumergido en los planes de futuro sin importarme tanto el presente. Espero que esta vez aprenda la lección; no quiero que tenga que llegar el futuro para darme cuenta de lo feliz que era en el pasado.

Tierra a la vista

Tierra a la vista

A medida que voy cumpliendo años me da la sensación de que el tiempo cada vez pasa más deprisa. Supongo que será porque cada vez he vivido más cosas, y la noción del tiempo ha cambiado. Los 3 meses de verano que se me hacían eternos cuando estaba en el colegio están a punto de pasar como si nada a mis 29.
Celebrando mi vejez
Es curioso eso de ir haciéndote mayor, la mañana en la que te despiertas un año más viejo piensas totalmente diferente al día anterior, todo lo que era blanco pasa a ser negro, y las dudas que tenías las has resuelto en cuestión de segundos, te vuelves más sabio, más seguro… o más bien no…. más bien sigues siendo exactamente igual que el día anterior, sigues pensando lo mismo que pensabas antes de acostarte y teniendo las mismas dudas, no has notado ningún cambio, sin embargo, es cuando amplias la franja del tiempo en la que te auto comparas cuando te das cuenta que sí que has cambiado, y además un huevo.
Hacerse mayor

No hace falta renovar el carnet de conducir para darse cuenta de que ya no eres ese niño con espinillas que tenía ganas de comerse el mundo. Los problemas que te hacían llorar de pequeño te hacen reír ahora y echas de menos los agobios que antes te provocaban ansiedad. Las salidas hasta las 7 de la mañana las puedes hacer, pero no 3 días por semana, y mejor no mencionar los plazos de recuperación. El cerebro te levanta un sábado a las 8.30 de la mañana con la idea de aprovechar el día, y ya no puedes darte la vuelta, cerrar los ojos y levantarte a la hora de comer… ahora el cuerpo hasta te lleva al supermercado para comprar pan si no tienes en casa para poder desayunar esas tostadas con aceite. Tu paladar empieza a aceptar el salmón, el guacamole y el marisco, encontrando sabroso esos sabores que antes te daban asco y suaves esas texturas que antes te provocaban escalofríos. Has dejado de saberte el nombre de todas las hamburguesas del Mc Donald, te cansas cuando haces más de 20 minutos de deporte y notas dolores en tus articulaciones al día siguiente si has jugado al fútbol más de dos horas. Intentas hacer la digestión sin que nadie te lo diga y te echas crema antes de ir a la playa (sí, me hecho crema aunque me siga quemando y no, no es Nivea). Tardas en encontrar el 1984 rellenando un formulario online, no te crees que la mayoría de tus compañeros de trabajo hayan nacido alrededor de los 90, has cerrado tu cuenta de Tuenti y las fotos del Facebook están llenas de bebés y bodas en vez de fiestas y desfases. Aprecias muchas cosas que antes pasaban desapercibidas, echas de menos cosas que antes te aburrían, darías lo que fuera por comer un domingo con tus padres y eso sí, sólo cambiando las pipas por unas cervezas puedes seguir disfrutando durante horas en un banquito con tus colegas para hablar de fútbol, tías y arreglar los problemas del mundo.

                                                        Esos reencuentros con los tuyos…
Otro cumple en la distancia
Pues sí, van pasando los años y veo como los últimos seis los he hecho lejos de los míos, lo cual da más nostalgia todavía. Te das cuenta con el tiempo de que cada uno escoge su camino, que es complicado mantener las relaciones como a uno le gustaría y que los cambios que he explicado antes (más los importantes) los sufrimos cada uno de nosotros, haciendo complicado que en los reencuentros todos nos encontremos como cuando en su día nos dejamos. He comentado en varias ocasiones que mi blog es una manera no sólo de recordar esta experiencia que estoy viviendo, si no de acercarme y compartir de alguna manera esos cambios con la gente que tengo lejos para acercarnos un poquito más. Han pasado varias semanas desde la última vez que escribí y como os podéis imaginar muchas cosas han pasado como para poder resumirlas en 4 párrafos.
Carrera de lazos
Weekend Away – Periscopix
Las cosas en el trabajo siguen genial, hoy mismo hace 6 meses desde que empecé a currar y la verdad que cada vez me siento más afortunado pese al agobio y la carga de trabajo a la que me tengo que enfrentar cada día. No creo que encontrara palabras para explicar lo que puedo sentir, ni habiendo vivido la experiencia de Dublín podría imaginarme lo que supone trabajar de lo tuyo en otro idioma, sigo esperando que llegue ese momento en el que uno mira para atrás y se ríe pero por otro lado confío en que esta experiencia me haga más fuerte y me permita afrontar el futuro con más confianza y fuerza. Fuera de la oficina tenemos varios eventos sociales pagados por la empresa para fomentar las relaciones entre los trabajadores. Hace unas semanas tuvo lugar la excursión que organiza cada año la empresa a modo de “teambuilding”. Los ya 55 trabajadores que formamos parte de la misma fuimos de viernes a domingo, junto con nuestras parejas, a un pedazo de hotel en Guildford. La agenda estaba claramente definida desde el principio con constantes pruebas, juegos y actividades que nos mantuvieron ocupados las 24 horas del día. Nos dedicamos a comer, reír e intentar seguir el ritmo marcado por los animadores. La verdad que fue una experiencia inolvidable llena de anécdotas que lo único que hicieron fue fortalecer las relaciones entre unos y otros y para reafirmar que los deportes no son el fuerte de Bea jajaja. La pobre sufrió uno de esos momentos de “Tierra trágame”… os pongo en situación: Carrera de relevos, 8 miembros por equipo, Bea la primera en recoger el testigo. Bea parece nerviosa así que me acerco y le digo que no se preocupe, que simplemente corra lo más rápido que pueda pero tranquila, sin caerse. Está todo preparado. Suena el silbato y nuestro primer miembro hace los 50 metros a una velocidad endemoniada, Bea lo ve venir y se prepara para coger el testigo algo acojonada por el bicho que se le acerca cual búfalo en mitad de una estampida. Aún así se las apaña para coger el testigo pero empieza la carrera dubitativa, parece haber perdido el equilibrio en el segundo paso, en el cuarto parece haberlo recuperado…. pero en el sexto me di cuenta de que no… la vi caer a cámara lenta sin poder hacer nada para evitar el desastre… me temí que se quedara en el suelo convaleciente o cavando para esconderse de los 100 espectadores que podía haber en las gradas… pues nada, se levantó y siguió corriendo. Al fin y al cabo de eso se trata, de levantarse cuando uno cae 😉
                                          El camino del éxito. Altamente recomendado
Cumple con mis compis de piso
Las cosas en el piso también siguen como siempre, bueno, ahora tenemos una nueva inquilina, la hermana de Becky que se acaba de mudar a Londres y está compartiendo habitación con ella así que sí, estoy compartiendo piso con 4 tías y sí, sigo vivo, lo cual me convierte en un tío más respetado que Frank de la Jungla y Mac Gyver juntos. La relación con ellas es muy buena, nos tiramos horas hablando en la cocina y en el salón lo cual no es muy común en Londres por lo que nos cuentan el resto de compañeros. Aun así hay muchas cosas que se echan en falta, lógicamente esto no es lo mismo que vivir con tus amigos como en la etapa de Dublín, no salimos de fiesta con ellas, ni te encuentras las cosas recogidas cómo las habías dejado cuando saliste por la puerta como cuando vivía sólo en Madrid. Vivir en pareja y compartir piso con más gente también tiene sus pegas y plantearte vivir en un piso los dos solos entra en conflicto con los precios prohibitivos de Londres. El dilema de “ahorrar” versus “calidad de vida” es el día a día. Igual mudarnos todos a una casa más grande, más bonita con un baño en nuestra habitación y un jardincito puede ser una solución… de todos modos nada de eso pasará a corto plazo así que ya os mantendré informados.
Mis problemas de espalda parece que tampoco es algo que vaya a cambiar con la edad. Pese a haber dejado la piscina, el gimnasio, casi no jugar al fútbol y andar al trabajo todos los días otra tortícolis me dejó fulminado hace un mes. El poder trabajar desde casa es sin duda una ventaja pero está claro que con 29 no puedo seguir así y no tomar medidas. Tuve que ir al médico que me dio cita para un fisio (aquí las listas de espera vienen a ser como en España, hasta el 3 de Octubre nada). Así que lo hablé con uno de mis directores y me dieron la oportunidad de ir a un fisio que hay al lado de la empresa y que me está haciendo un tratamiento a gastos pagados… igual que en España vaya… Tras varias sesiones parece que iba a mejor, pero la semana pasada otra tortícolis… lo que os digo… esto empieza a ser ridículo… El fisio me recomendó volver a ir al médico y pedir cita con un traumatólogo ya que parece que es algo que él no va a poder corregir con unas pocas sesiones… en esas estoy… Me he perdido dos partidos contra Yahoo por culpa del cuello pero espero poder reaparecer pronto y sacar la magia que espero todavía llevar dentro jaja.
Tierra a la vista
Familia, salud, trabajo, amigos… son los cuatro pilares en torno a lo que gira m vida, y ya me va haciendo falta un poquito de vosotros para recargar las pilas. Las vacaciones están literalmente a la vuelta de la esquina, tengo muchas ganas de reencontrarme con todos y alimentar aspectos de mi vida que se están vaciando. A veces uno se centra demasiado en unos aspectos olvidando que el equilibrio es lo que te mantiene vivo en la batalla. A casi un mes de poder bajarme temporalmente del barco ya puedo decir “Tierra a la vista”.
                                                                ¿Quién gana la batalla?