Vale, reconozco que no es una frase mía, pero define muy bien el estado en el que me encuentro; cansado. Cansado de leer noticias negativas en la prensa, de ver injusticias por la tele, de escuchar las mismas mentiras. Cansado de tanta incompetencia, de presenciar como las empresas se aprovechan de los trabajadores, de sentir las historias de familias que no saben cómo van a salir adelante, de tanta corrupción. Cansado de oír palabras como “crisis”, nombres como “Merkel” o discusiones entre izquierdas y derechas. Cansado de una realidad que me rodea, pero “demasiado cansado” como para rendirme, será lo que tiene ser un optimista.
La crisis española desde un punto de vista diferente.
Y en esas estamos, luchando día a día. Reconozco haber perdido alguna batalla pero no la guerra. La búsqueda de curro sigue un proceso que he ralentizado. Tras mirar cientos de ofertas de trabajo relacionadas con Marketing & Ventas (donde pedían español) me decanté por echar sólo 7 CVs en aquellas empresas que realmente me motivaban, ya tendré tiempo de ir bajando el listón. La respuesta como os podéis imaginar es nula. Recuerdo cómo en Dublín en tiempos de bonanza y tras echar 80 CVs me llamaron de 2 sitios, así que tomando ese porcentaje como referencia soy consciente de que me quedan unos cuantos por echar para recibir la primera llamada.
En todo este proceso he de reconocer que mi sueño (por inalcanzable que parezca) es encontrar algo como “experto en posicionamiento en buscadores”. Un tema que me lleva llamando la atención mucho tiempo y del que llevo preparándome otro tanto. He podido comprobar como en muchas de las ofertas pedían tener el certificado de Google así que decidí presentarme al primer examen el lunes pasado (el segundo lo haré el lunes que viene). ¿El resultado? Ver el vídeo…
Situaciones que sólo me pasan a mí en mitad de un examen
Tras llevar 81 respuestas con la sensación de tener prácticamente todas las respuestas correctas el examen se quedó pillado sin aparentemente poder salir del sistema bajo el que hay que hacer el examen, que te bloquea el ordenador para que no puedas utilizar otras aplicaciones. Tras cerrarlo y dando por hecho que no podría volver a abrirlo, lo intenté en un acto de fe, retomándolo por donde me había quedado, y siendo posible llegar hasta el final y sacar un 96% de aciertos!! Acababa de conseguir la parte de fundamentals de Google!!!
No sólo acababa de ganar una batalla sino que había recuperado la confianza en mí mismo, algo imprescindible en mí para tener éxito. Esa confianza es la que me permite encontrar hueco cuando intento aparcar el coche, la que hacía que me preguntaran los temas que mejor llevaba preparados en la carrera, la que me hace meter o fallar un penalti o la que puede hacer que el responsable de RRHH se decanté por ti en lugar de otro candidato… No sé si recordáis que hace mes y medio más o menos, cuando nos mudamos a esta casa, os explicamos el estado en el que se encontraba el cuarto que habíamos decidido quedarnos. Estaba lleno de mierda, con las paredes sucias y como dice Bea, “más soso que un pie”, no sé cuantos pies habrá probado pero bueno, a lo que vamos… Uno de los objetivos que nos marcamos al quedarnos con esta casa fue hacer de ese cuarto nuestro propio hogar. Pues bien, mes y medio después ya estamos en disposición de mostraros el resultado, que viene a demostrar más de lo mismo; querer es poder. (Las imágenes se las dedico sobre todo a mi madre que insistió en tener pruebas gráficas sobre el proceso de transformación)
Resumen de minuto y medio de la transformación de nuestro cuarto.
Tener premios ante los esfuerzos que uno hace es la mejor recompensa y me anima a seguir luchando, terminar de formarme en lo que me gustaría especializarme y en echarle cara a la vida para buscar ese trabajo “deseado” (sin limitarme tanto como para dejar pasar otras oportunidades). Soy de los que piensa que el que algo quiere, algo le cuesta. Cuanto más grande es el reto, mayor el sacrificio. Ya depende de cada uno el luchar por uno mismo o el conformarse con lo fácil. Yo de momento estoy “demasiado cansado” como para rendirme, ¿y tú?
Nunca te rindas, y menos sin antes probar a darle al escape.
Jajajaja seguiré los consejos de esas palabras tan sabias. Reiniciar y soplar también vale?