Así fue como el lunes 26 mi madre y yo bajamos para Málaga. Las cosas por allí fueron bastante bien, con tiempo para casi todo y con sensaciones contradictorias como siempre que bajo de “visita”. Una vez pasados los días hago balance de las cosas que he hecho, la gente a la que he visto y al final siempre me voy con la sensación de no haber estado con nadie lo suficiente. Cada vez es más complicado juntarnos todos, ya sea por trabajo, por cansancio o porque poco a poco nos vamos distanciando unos de otros sin darnos cuenta por lo que las quedadas tuvieron que ser prácticamente personales.

Un gran descubrimiento fue “El tapy” un sitio de tapeo que hay cerca de la Plaza de la Merced donde reservamos para 12-14 personas con la excusa de hacer un reencuentro a modo de “Cena de Navidad”. Hubo muchas bajas de última hora pero al final conseguimos juntarnos unos cuantos para rememorar viejos tiempos y contarnos como nos van las cosas a cada uno. Nos pusieron un reservado de lujo y nos invitaron a mil platos. Charo, con antojo de Lambrusco casi abrió la botella de adorno calentita que había encima de la mesa (menos mal que llegó el camarero a tiempo para traernos una botella fresquita) y el Gordo se cargó un par de copas sin querer (no contaban con tu potencia de dedos…). Como manda la tradición acabamos mojito en mano en “La Guarida” viendo como el gordo fusilaba a todo el mundo en el futbolín y luego entramos en una discoteca nueva que se llama “El Andén” por la parte VIP gracias a los contactos del Pricu.

De fiesta en fiesta llegamos a Nochevieja. Después de hincharme de comer en casa de mi abuela con el clásico cordero (ummm) nos tomamos las uvas viendo como mi primo celebraba el nuevo año cuando todavía quedaban uvas por comer jajaja, fue inevitable atragantarse por su culpa viéndole la cara de “upss”. Tras las uvas este año tocaba celebrarlo en casa de Juanjo & Sara. Teníamos todo preparado, Juanjo había puesto una barra de bar guapísima, Bea&Laura habían preparado un “photocall” para dar un toque a la fiesta, Arkero había traido el equipo de sonido donde pincha en las bodas así como la música… Con ese ambiente nos plantamos todos allí consiguiendo pasar una Nochevieja muy especial donde hubo tiempo para ver como Alberto sigue siendo el rey en tirar las copas de la gente (y la suya), como las niñas con María como líder siempre cantarán mejor que nosotros al Karaoke y como hay cánticos que nunca caerán en el olvido… (ver vídeo)