Seleccionar página

Hace ya dos años que me vine a Inglaterra, así de primeras parece un mundo, analizando parece que fue ayer. He pasado ya aquí más tiempo del que estuve en Irlanda y estoy cerca de igualar el que estuve en Madrid, da miedo ver lo rápido que pasan los años.

Cada aniversario me gusta hacer balance de todo lo que me ha ocurrido. La vorágine del día a día no te permite analizar lo mucho que cambian las cosas, los logros que vas consiguiendo, los miedos que vas superando, los fallos que vas cometiendo… He necesitado releer el post de mi primer aniversario, y ya de paso unos cuantos más para refrescarme la memoria. Aunque me considero la misma persona que antes, mi vida ha dado un giro de 180 grados, he evolucionado.

Me gusta analizar como me gustaría verme en un año, me ayuda a plantearme objetivos, a dibujar una ruta. La idea era clara; encontrar un trabajo relacionado con Google que me permitiera sentirme realizado, pero reconozco que ni en el mejor de mis sueños podía imaginar haber conseguido todo lo conseguido este último año, a nivel personal y a nivel profesional. Hace exactamente un año estaba buscando piso en Londres con prácticamente una mano delante y otra detrás. El paro se había acabado y necesité solicitar la ayuda de 70 libras semanales para seguir adelante sin ayudas familiares. Londres no me gustaba como ciudad para vivir, todo era estrés e incertidumbre. El miedo al fracaso, a caer al vacío, se palpaba.

                                                         Dibujando mi ruta

A nivel personal hemos encontramos una habitación “vacía” que hicimos nuestra. Hemos compartido piso durante otro año con gente inglesa que nos ha permitido seguir mejorando el idioma. Hemos creado una atmósfera que ha transformado compañeros de piso en amigos (hecho que tiene más valor todavía en una ciudad como Londres). Hemos podido seguir conociendo mundo con pequeñas escapadas por Europa. Me sigo sintiendo cerca de los nuestros gracias a las llamadas diarias por Skype y a nuestras bajadas a Málaga. Hemos presenciado como Laura se unía a nuestra aventura, como Alberto & María se casaban, como Sergio Jr crece por días o como Fali & Maca esperan también agrandar la familia. Hemos recibido visitas de amigos y familiares que nos han llenado de energía; da gusto ver como a los tuyos les van bien las cosas. Los que me conocéis sabéis que nunca me ha gustado presumir de relación pero es justo decir que me siento súper afortunado de estar con quien estoy, de tener la estabilidad que tenemos y de que el día a día no sea más que una demostración de que ya no hay vuelta atrás: ¡me ha comprado y no se aceptan devoluciones!

Un único destino!

A nivel profesional, me he sacado todos los exámenes de Google AdWords y de DoubleClick. He encontrado un pedazo de trabajo en Periscopix, la agencia independiente más grande de UK, que me ha dado la oportunidad no sólo de cambiar mi rama profesional (cosa que veía complicado ya a mis 28 años) si no de tener una proyección en un nuevo departamento que me ilusiona. Yo fui el trabajador número 44, a día de hoy ya somos 70, y en 18 meses estaremos en una oficina 6 veces más grande que la que tenemos ahora… Si hace un año me hubieran dicho que asistiría a cursos mensuales en las oficinas de Google o que tendría que llevar las campañas de clientes como Wall Street Journal o JP Morgan está claro que me habría dado un ataque de risa. Es cierto que todo queda muy bonito por aquí, los agobios y malos ratos ya los he compartido con vosotros en otros posts y los intento llevar por dentro, aunque se suelen exteriorizar en forma de orzuelos, tortícolis, lumbagos, visitas al baño los domingos por la noche o subidas de tensión. Lo cierto es que el trabajo me ha permitido tener esa estabilidad económica de la que carecía, esa satisfacción personal que añoraba y me ha permitido empezar a recuperar esos ahorros que había invertido en formación durante el año pasado.

En las oficinas de Google 🙂

Mentiría si no dijera que echo de menos todo lo que tengo en España, o que no me he planteado volver en algún momento de bajón (especialmente cada vez que os veo). Es curioso comprobar como la misma gente que me tachaba de loco cuando dejé todo por venirme aquí me tacha de loco ahora si planteo la vuelta. Vine aquí con la ilusión de conseguir muchas de las cosas que ya he conseguido, pero sigo pensando que todavía quedan otras muchas por conseguir. El miedo que tengo es que no sé si llegará el día en el que piense que “es el momento de volver”,  o lo que es peor, encontrar ese momento pero comprobar que el mercado laboral no nos lo permite. Quiero pensar que todos estos sacrificios tendrán su recompensa en un futuro, pero sólo el futuro lo sabrá. En unos años, volveré a meterme en el blog para ver mis balances de años anteriores, espero poder comprobar entonces lo mismo que he comprobado hoy, que todas las incógnitas se han resuelto y que todos los sueños y proyectos se han cumplido.

Segundo año en Inglaterra, esta vez en Londres!

Para terminar el balance, me he me dado cuenta de una última cosa este año. Soy consciente de que vivo preocupado por cosas que finalmente nunca suceden, que podría evitarme muchos sufrimientos. Intento mirar más allá de lo que debería. He de aprender la lección de vivir el día a día y disfrutar de las cosas sin preocuparme tanto del “qué pasará”. Es cuando la vida nos da sustos y avisos cuando lo veo claro, lamentablemente todo vuelve a nublarse con el paso del tiempo, de nuevo sumergido en los planes de futuro sin importarme tanto el presente. Espero que esta vez aprenda la lección; no quiero que tenga que llegar el futuro para darme cuenta de lo feliz que era en el pasado.