Siempre nos han dicho que las comparaciones son odiosas.
Ya de pequeños empezamos a comparar a nuestros compañeros por su aspecto físico y les ponemos motes que nunca son muy originales “El dumbo” “el chino” “la topa” “el bola” “el gitano”. También comparamos a nuestras compañeras de clase, hacemos listas de cuatro columnas: “Culo” “Tetas” “Cara” “Forma de ser” y les damos notas del 1 al 10 (luego se suma y se hace la media, ah! y se hace un podium). Cómo todo en la vida, las tías también tienen su lista que por supuesto nunca sale a la luz. La nuestra sin embargo ya ha llegado a manos del director en la hora del recreo. Para el último cambio de clase ya tienes una pelea de niñas y una cola en tu mesa preguntándote qué le pasa a su culo o que por qué no te cae bien. Lo mejor es cuando la “buena gente” se enfadaba por llevarse el premio a “forma de ser” y te pide que le subas un punto a su cara… que ella es más guapa que Rebeca… Suena muy cruel pero es muy divertido.
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Las comparaciones… |
Cuando van pasando los años todos queremos ser más” algo” que los demás, no importa muy bien en qué destaques. “Mamá soy más rápido que José” “Papá me hago más pataditas que Pedro”… Luego empiezan las comparaciones de notas. “Ahh yo tengo 3 positivos más que tú” “Tengo todo Progresa Adecuadamente” las de objetos “Mamá Joaquín tiene frenos hidráulicos en su bici y yo no” “Papá Manuel tiene el balón Nike oficial y yo el de entrenamiento”. Con los años empieza la guerra de los tamaños, todos los tíos queremos ser más fuertes, más altos y tener más largo el palo. Las niñas son al revés, no quieren ser muy altas ni quieren tener muchas tetas, luego cuantas más mejor y si no quedan satisfechas se las compran como el que se compra un paquete de pipas y se ponen unos tacones como la Torre Eiffel. He visto tías que harían sentir pequeño al mismísimo Pau Gasol.
A medida que nos hacemos mayores vamos pensando en lo crueles que éramos de pequeños sin darnos cuenta de que seguimos comparándonos aunque cada vez con más crueldad, normalmente tirando al desprecio “Tu carrera es que es más fácil que la mía” “El trabajo de Marta es una mierda” “Pues el novio de Irene no se va al Caribe con sus amigos…” “Cómo te crees que Miriam ha ascendido, yo de eso paso”.
Yo no digo que las comparaciones no sean odiosas, pero creo que son no sólo inevitables sino muchas veces hasta necesarias. No importa lo competitivo que seas, la comparación forma parte de nuestra naturaleza. Los usuarios comparan los servicios que ofrecen las empresas para tomar sus decisiones, los responsables de recursos humanos comparan los CVs de los candidatos a la hora de contratar…
Heineken compara candidatos en una entrevista diferente. Muy grande.
Muchas veces las comparaciones nos ayudan a comprender situaciones que antes no podías entender, otras ni aun así:
Sergio vs Mourinho:
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En el vestuario preparando el partido. |
Hace dos semanas fui a Bath al Torneo Nacional de Fútbol Sala de Inglaterra como entrenador de la Universidad de Essex. Este año el formato es como el de copa, por eliminatoria, pero a un partido. El rival era el subcampeón del año pasado. La goleada, a priori, estaba cantada. Empezamos el partido y nos adelantamos en el marcador, ni nosotros nos lo creíamos. Me di cuenta rápido de lo complicado que es dirigir a un equipo. Intenté dar minutos a todos, ordenar al equipo y avisarlo de situaciones previsibles que desde el banquillo son más fáciles de leer. Me encontré con situaciones muy curiosas. Hubo chavales que se negaron a jugar en determinados momentos del partido por no sentirse con la confianza suficiente y otros que me exigían jugar más minutos o cambiar de estrategia. Mourinho los habría mandado al vestuario…yo los puse inmediatamente a jugar porque median 2×2 o para no tener que escucharlos en el banquillo quejándose jaja. Vaya mierda de míster. Cachondeos aparte, aprecié más la labor de los entrenadores. Al final nos remontaron y perdimos 3-1 por dos jugadas desafortunadas de falta y de pérdidas en defensa, pero nos infavaloraron. Nos compararon con el equipo del año pasado y se llevaron un susto (cuidado con las comparaciones)
Sergio vs Nacho Vidal: Ejemplo de por qué las comparaciones pueden ser odiosas y no aportarte nada bueno.
Una bonita comparación. Semana 0 vs 40
En otras ocasiones, las comparaciones te ayudan a evolucionar y a crecer como persona y como profesional y éstas son las realmente importantes. La clave está en con quién te compares, eso será fundamental para tu futuro siempre que lo hagas con un afán de superación. Si te comparas con un compañero de trabajo que es la polla tú serás la polla, si lo haces con el vago de turno no aprenderás nada. Si te comparas con el fibroso igual te da por apuntarte al gym, si lo haces con el gordo de al lado igual te da por comerte una hamburguesa cuando llegues a casa. Si te comparas con la media igual te crees que por ello vas a destacar más o igual consigues el consuelo, ya dice el refrán “mal de muchos, consuelo de tontos”. Depende de ti. Soy de los que piensan que no importa lo bueno que seas en algo, siempre habrá alguien mejor. Si te crees el mejor en algo es que no conoces a suficiente gente. Es cuestión de encontrarlo para seguir aprendiendo, para seguir creciendo.
En situaciones como en la que estamos viviendo es fácil venirse abajo viendo todo lo que hay. Es fácil culpar a los demás y decir que no puedes hacer nada. Igual la clave está en comparar y comprobar que hay soluciones. Todo depende de hacia donde quieras mirar; la solución fácil y el lamento o la solución que no apetece y el sacrificio. Quiero pensar que siempre hay soluciones, que siempre se puede conseguir lo que uno quiera, aunque haya gente que nos diga lo contrario. No te engañes a ti mismo. Compara, elige y decide.
Uno de mis fragmentos favoritos de “En busca de la Felicidad”
Hay una persona absolutamente inspiradora, que es Federico Mayor Zaragoza y dice “siendo realista, no se consigue nada, para cambiar las cosas, hay que ser idealista” y ese idealismo a veces se alcanza por compararte con personas extraordinarias, por absorber su buen hacer y finalmente, por actuar. Estoy contigo Sergio, las cmparaciones son buenas, si sirven para mejorar.
Un abrazo
Cómo te sales en el primer párrafo jajaja Y el vídeo de Heineken es enorme…
En cuanto al tema central. ¿Quién no es competitivo? Hace falta serlo en una sociedad como la contemporánea, pero yo no necesito ser más que el otro, sino más que yo mismo. De nada me vale ser un poco mejor que el mediocre si yo no soy realmente bueno. Prefiero ser fantástico en mi materia aunque los haya mejores, porque me sentiré realmente realizado y apasionado acerca de lo mío, además de progresar cada día (NUNCA hay que dejar de aprender).
Y tío, para la próxima imponte en el banquilo jaja Hay que mentalizar al equipo con la charla previa en el vestuario… ya verás si un día ando por ahí la que voy a liar, vamos a salir a comernos al ManUtd si hace falta 😉
Por cierto, si la final de Copa se celebra en Madrid (como debería), ¿te dejarás caer por aquí? Un abrazo!!