
Cumplir tus sueños
Qué aburrida sería la vida si a todos nos gustaran las mismas cosas, quisiéramos el mismo trabajo, casa, coche o tuviéramos los mismos sueños…
Pese a ser consciente de que todos somos diferentes y de que buscamos distintas cosas, parece que todos necesitamos dos elementos para cumplir nuestros sueños.
El primero, es la aprobación de los demás, el guiño y la sonrisa cómplices. Sin ellos, y sin tener la personalidad suficiente, pueden surgir las dudas, y con ellas el miedo
No os voy a mentir, yo siempre he necesitado ese apoyo de mi familia, pero he tenido la suerte de contar siempre con él.
Con el paso de los años, los sueños van cambiando, y a veces, la forma en la que los enfocamos.
De pequeño soñaba con ser futbolista. ¿Mi plan a 5 años? El de cualquier niño de mi edad… apuntarme a un equipo, jugar, mejorar y divertirme. Mis padres me llevaron a cada entrenamiento, a cada partido… hasta me apuntaron un verano a la escuela de fútbol del Sporting de Gijón. Conseguí ganar campeonatos de fútbol sala a nivel local, provincial, autonómico… Jugamos el campeonato de España donde quedamos terceros. Entrené con la selección de Andalucía… hasta que decidí dejarlo. ¿Por qué? Creo que fue falta de fé, falta de tiempo al coincidir entrenamientos con la Universidad, y posiblemente falta de calidad (aunque me considero mejor que Arbeloa por ejemplo jaja).
Mi siguiente sueño, y puesto que no pude ser futbolista, fue trabajar en el mundo del marketing en el deporte, bueno… concretamente en el Atleti. ¿Mi plan a 5 años? Aprender inglés, aprender marketing, aprender gestión de entidades deportivas y coger 2-3 años de experiencia hasta intentar dar el salto. Mis padres una vez más me apoyaron y me dijeron que era capaz de todo. Así que tras mi primer máster, me fui a Irlanda, me apunté a la Universidad a distancia donde estudié marketing, y en mi vuelta a España hice el máster de la RFEF de Gestión de Entidades Deportivas. Mientras, trabajé en la Federación Andaluza de Atletismo (donde cobraba 5 céntimos por dorsal impreso) para posteriormente coger experiencia en departamentos de marketing de una start up. Tras 5 años desistí. ¿Por qué? Creo que fue de nuevo la falta de fé, cuanto más avanzaba más grande me parecía ese sueño y más me alejaba.
Mis últimos sueños fueron: a nivel profesional, y tras empezar a llevar (malamente) alguna campaña de AdWords, trabajar en Google. Y a nivel personal, estar con la que pensaba podía convertirse en la mujer de mi vida. ¿Mi plan a 5 años? Mudarme a Inglaterra, dominar el inglés, aprender todo lo que pudiera de Google AdWords, y coger experiencia en alguna agencia hasta intentar dar el salto cuando volviera a España. Mis padres una vez más confiaron en mí. Así que dejé todo y me fui a vivir con Bea, estudié inglés durante un año, me saqué los exámenes de Google, trabajé de gratis en el departamento de Marketing del instituto de Colchester, nos mudamos a Londres donde encontré trabajó en Periscopix (la que considero la mejor agencia de marketing digital de Londres) y de ahí, pude dar el salto a Google. Tres meses más tarde, Bea y yo nos casamos. Lo había conseguido. Estaba en Google y casado con la mujer con la que quería estar. ¿Por qué? Creo que fue la fé ciega en lo que estábamos haciendo, eso y el no centrarnos en un objetivo concreto, sino en el camino que recorríamos.
Releo posts antiguos y revivo todo por lo que hemos pasado para conseguir esos sueños… La mayoría no sabe que yo me habría ido antes al extranjero, pero al ser el único miembro de mi familia que tenía trabajo por aquel entonces, el sentimiento de responsabilidad me lo impedía. Tampoco saben que encontré el trabajo en Periscopix cuando me quedaban £170 en el banco. Que tuve que ir al médico en varias ocasiones por subidas de tensión o que alguna mañana que otra lloré de estrés camino del trabajo. A veces, no todo es tan fácil como parece. De la misma manera, y pese a conseguir nuestros sueños, es difícil explicar lo que se siente al llevar tantos años fuera de tu país, al perderte tantos eventos especiales, al estar alejados de los tuyos…
Cuando analizo esos tres ciclos de 5 años, recuerdo cómo en cada uno de ellos siempre había gente que veía mis sueños como imposibles, inalcanzables. Lo hacen sin maldad, de hecho intentan “protegerte”. Había gente que me decía que estaba huyendo de algo. Otros que decían que se me estaba yendo la olla “tal y como están las cosas en España, tú con trabajo fijo, y te vas a ir a la aventura… estás loco!”. Reconozco haber sentido ese miedo, esa inseguridad.
The only thing we have to fear is fear itself
Franklin D. Roosevelt
Si hay algo que he aprendido es que cada uno tiene que intentar vivir la vida que quiere vivir. Que lo que hace feliz a los demás no tiene por qué hacerme feliz a mi, o igual sí, pero no tenemos porqué coincidir en el tiempo. Que todos de alguna manera u otra juzgamos a los demás y que hay que tener suficiente personalidad y estar seguro de uno mismo para no dejar que eso nos afecte o influya en nuestros planes. Ni siquiera nuestros padres.
Hace un par de años, cuando fuimos dos semanas de vacaciones a Tailandia, nos encontramos con una pareja que también vivía en Londres y que habían decidido darse un año sabático para viajar. Lo primero que les dije al conocer su historia fue “qué envidia!” y la chavala me respondió algo que nunca se me olvidará “envidia por qué, si realmente quieres, tu también podrías”.
Por un momento, me paré a pensar en miles de excusas para responderle, “qué sabrá de mi vida como para decirme eso”. Ella aprovechó ese silencio para decirme: “La vida al final son decisiones. Nosotros decidimos ahorrar durante dos años para cumplir nuestro sueño. Podríamos habernos comprado una casa, salir más de marcha, cenar más fuera, hacer pequeños viajes… O podríamos haber cogido el ascenso en el trabajo, crecer a nivel profesional y seguir ahorrando…Podríamos haber vuelto a España y empezar de cero con ese colchón…” No hacía falta que siguiera, me había convencido.
Tenía razón. Sólo le faltó añadir la segunda cosa que comentaba en los primeros párrafos de este post que hacía falta tener para cumplir con nuestros sueños, salud. La tuya y la de los tuyos. Si tienes salud y personalidad deberías tener todo lo que necesitas para cumplir tus sueños. Bueno, eso y un plan…
En una clase que tuve con una management coach, le hice una pregunta “Imagínate que supieras que algo es 100% imposible de conseguir, algo demostrado científicamente. Sin embargo tu equipo no está de acuerdo y quiere intentarlo. ¿Les dejarías pese a la posible “pérdida de tiempo”? Su respuesta fue rotunda “Por supuesto. Por dos motivos. El primero, que si no lo intentaran les privarías de aprender miles de cosas por el camino. El segundo, porque si no se hubieran intentando cosas “imposibles” en el pasado hoy en día no existirían los aviones, no se habría llegado a la luna ni existiría la cura de ciertas enfermedades…”.
Si hay algo que tengo claro es que cuanto más grande sean los sueños que tenga, más entretenido voy a estar el resto de mi vida. Es por ello por lo que sueño con ser el mejor padre, marido e hijo del mundo. Sueño con tener un trabajo que me permita tener un estilo de vida diferente al que hay implantado en la sociedad. Sueño con ayudar a mucha gente con algo que yo sepa y ellos no. Sueño con cambiar algo del mundo que no me guste. Sueño con viajar. Sueño con que cuando llegue al final de mi vida, pueda mirar para atrás y poder decirme a mí mismo “Parecían sueños imposibles pero igual es verdad eso de – Kien no arriesga, no gana. Buenas noches soñadores”.
La gente que está lo suficientemente loca como para pensar que pueden cambiar el mundo, son los que lo cambian
Steve Jobs