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A medida que voy cumpliendo años me da la sensación de que el tiempo cada vez pasa más deprisa. Supongo que será porque cada vez he vivido más cosas, y la noción del tiempo ha cambiado. Los 3 meses de verano que se me hacían eternos cuando estaba en el colegio están a punto de pasar como si nada a mis 29.
Celebrando mi vejez
Es curioso eso de ir haciéndote mayor, la mañana en la que te despiertas un año más viejo piensas totalmente diferente al día anterior, todo lo que era blanco pasa a ser negro, y las dudas que tenías las has resuelto en cuestión de segundos, te vuelves más sabio, más seguro… o más bien no…. más bien sigues siendo exactamente igual que el día anterior, sigues pensando lo mismo que pensabas antes de acostarte y teniendo las mismas dudas, no has notado ningún cambio, sin embargo, es cuando amplias la franja del tiempo en la que te auto comparas cuando te das cuenta que sí que has cambiado, y además un huevo.
Hacerse mayor

No hace falta renovar el carnet de conducir para darse cuenta de que ya no eres ese niño con espinillas que tenía ganas de comerse el mundo. Los problemas que te hacían llorar de pequeño te hacen reír ahora y echas de menos los agobios que antes te provocaban ansiedad. Las salidas hasta las 7 de la mañana las puedes hacer, pero no 3 días por semana, y mejor no mencionar los plazos de recuperación. El cerebro te levanta un sábado a las 8.30 de la mañana con la idea de aprovechar el día, y ya no puedes darte la vuelta, cerrar los ojos y levantarte a la hora de comer… ahora el cuerpo hasta te lleva al supermercado para comprar pan si no tienes en casa para poder desayunar esas tostadas con aceite. Tu paladar empieza a aceptar el salmón, el guacamole y el marisco, encontrando sabroso esos sabores que antes te daban asco y suaves esas texturas que antes te provocaban escalofríos. Has dejado de saberte el nombre de todas las hamburguesas del Mc Donald, te cansas cuando haces más de 20 minutos de deporte y notas dolores en tus articulaciones al día siguiente si has jugado al fútbol más de dos horas. Intentas hacer la digestión sin que nadie te lo diga y te echas crema antes de ir a la playa (sí, me hecho crema aunque me siga quemando y no, no es Nivea). Tardas en encontrar el 1984 rellenando un formulario online, no te crees que la mayoría de tus compañeros de trabajo hayan nacido alrededor de los 90, has cerrado tu cuenta de Tuenti y las fotos del Facebook están llenas de bebés y bodas en vez de fiestas y desfases. Aprecias muchas cosas que antes pasaban desapercibidas, echas de menos cosas que antes te aburrían, darías lo que fuera por comer un domingo con tus padres y eso sí, sólo cambiando las pipas por unas cervezas puedes seguir disfrutando durante horas en un banquito con tus colegas para hablar de fútbol, tías y arreglar los problemas del mundo.

                                                        Esos reencuentros con los tuyos…
Otro cumple en la distancia
Pues sí, van pasando los años y veo como los últimos seis los he hecho lejos de los míos, lo cual da más nostalgia todavía. Te das cuenta con el tiempo de que cada uno escoge su camino, que es complicado mantener las relaciones como a uno le gustaría y que los cambios que he explicado antes (más los importantes) los sufrimos cada uno de nosotros, haciendo complicado que en los reencuentros todos nos encontremos como cuando en su día nos dejamos. He comentado en varias ocasiones que mi blog es una manera no sólo de recordar esta experiencia que estoy viviendo, si no de acercarme y compartir de alguna manera esos cambios con la gente que tengo lejos para acercarnos un poquito más. Han pasado varias semanas desde la última vez que escribí y como os podéis imaginar muchas cosas han pasado como para poder resumirlas en 4 párrafos.
Carrera de lazos
Weekend Away – Periscopix
Las cosas en el trabajo siguen genial, hoy mismo hace 6 meses desde que empecé a currar y la verdad que cada vez me siento más afortunado pese al agobio y la carga de trabajo a la que me tengo que enfrentar cada día. No creo que encontrara palabras para explicar lo que puedo sentir, ni habiendo vivido la experiencia de Dublín podría imaginarme lo que supone trabajar de lo tuyo en otro idioma, sigo esperando que llegue ese momento en el que uno mira para atrás y se ríe pero por otro lado confío en que esta experiencia me haga más fuerte y me permita afrontar el futuro con más confianza y fuerza. Fuera de la oficina tenemos varios eventos sociales pagados por la empresa para fomentar las relaciones entre los trabajadores. Hace unas semanas tuvo lugar la excursión que organiza cada año la empresa a modo de “teambuilding”. Los ya 55 trabajadores que formamos parte de la misma fuimos de viernes a domingo, junto con nuestras parejas, a un pedazo de hotel en Guildford. La agenda estaba claramente definida desde el principio con constantes pruebas, juegos y actividades que nos mantuvieron ocupados las 24 horas del día. Nos dedicamos a comer, reír e intentar seguir el ritmo marcado por los animadores. La verdad que fue una experiencia inolvidable llena de anécdotas que lo único que hicieron fue fortalecer las relaciones entre unos y otros y para reafirmar que los deportes no son el fuerte de Bea jajaja. La pobre sufrió uno de esos momentos de “Tierra trágame”… os pongo en situación: Carrera de relevos, 8 miembros por equipo, Bea la primera en recoger el testigo. Bea parece nerviosa así que me acerco y le digo que no se preocupe, que simplemente corra lo más rápido que pueda pero tranquila, sin caerse. Está todo preparado. Suena el silbato y nuestro primer miembro hace los 50 metros a una velocidad endemoniada, Bea lo ve venir y se prepara para coger el testigo algo acojonada por el bicho que se le acerca cual búfalo en mitad de una estampida. Aún así se las apaña para coger el testigo pero empieza la carrera dubitativa, parece haber perdido el equilibrio en el segundo paso, en el cuarto parece haberlo recuperado…. pero en el sexto me di cuenta de que no… la vi caer a cámara lenta sin poder hacer nada para evitar el desastre… me temí que se quedara en el suelo convaleciente o cavando para esconderse de los 100 espectadores que podía haber en las gradas… pues nada, se levantó y siguió corriendo. Al fin y al cabo de eso se trata, de levantarse cuando uno cae 😉
                                          El camino del éxito. Altamente recomendado
Cumple con mis compis de piso
Las cosas en el piso también siguen como siempre, bueno, ahora tenemos una nueva inquilina, la hermana de Becky que se acaba de mudar a Londres y está compartiendo habitación con ella así que sí, estoy compartiendo piso con 4 tías y sí, sigo vivo, lo cual me convierte en un tío más respetado que Frank de la Jungla y Mac Gyver juntos. La relación con ellas es muy buena, nos tiramos horas hablando en la cocina y en el salón lo cual no es muy común en Londres por lo que nos cuentan el resto de compañeros. Aun así hay muchas cosas que se echan en falta, lógicamente esto no es lo mismo que vivir con tus amigos como en la etapa de Dublín, no salimos de fiesta con ellas, ni te encuentras las cosas recogidas cómo las habías dejado cuando saliste por la puerta como cuando vivía sólo en Madrid. Vivir en pareja y compartir piso con más gente también tiene sus pegas y plantearte vivir en un piso los dos solos entra en conflicto con los precios prohibitivos de Londres. El dilema de “ahorrar” versus “calidad de vida” es el día a día. Igual mudarnos todos a una casa más grande, más bonita con un baño en nuestra habitación y un jardincito puede ser una solución… de todos modos nada de eso pasará a corto plazo así que ya os mantendré informados.
Mis problemas de espalda parece que tampoco es algo que vaya a cambiar con la edad. Pese a haber dejado la piscina, el gimnasio, casi no jugar al fútbol y andar al trabajo todos los días otra tortícolis me dejó fulminado hace un mes. El poder trabajar desde casa es sin duda una ventaja pero está claro que con 29 no puedo seguir así y no tomar medidas. Tuve que ir al médico que me dio cita para un fisio (aquí las listas de espera vienen a ser como en España, hasta el 3 de Octubre nada). Así que lo hablé con uno de mis directores y me dieron la oportunidad de ir a un fisio que hay al lado de la empresa y que me está haciendo un tratamiento a gastos pagados… igual que en España vaya… Tras varias sesiones parece que iba a mejor, pero la semana pasada otra tortícolis… lo que os digo… esto empieza a ser ridículo… El fisio me recomendó volver a ir al médico y pedir cita con un traumatólogo ya que parece que es algo que él no va a poder corregir con unas pocas sesiones… en esas estoy… Me he perdido dos partidos contra Yahoo por culpa del cuello pero espero poder reaparecer pronto y sacar la magia que espero todavía llevar dentro jaja.
Tierra a la vista
Familia, salud, trabajo, amigos… son los cuatro pilares en torno a lo que gira m vida, y ya me va haciendo falta un poquito de vosotros para recargar las pilas. Las vacaciones están literalmente a la vuelta de la esquina, tengo muchas ganas de reencontrarme con todos y alimentar aspectos de mi vida que se están vaciando. A veces uno se centra demasiado en unos aspectos olvidando que el equilibrio es lo que te mantiene vivo en la batalla. A casi un mes de poder bajarme temporalmente del barco ya puedo decir “Tierra a la vista”.
                                                                ¿Quién gana la batalla?